jueves, 24 de noviembre de 2011

Escupir

Son tiempos con poca sustancia, o con mucha...yo vuelvo a tener la fuerza de la adolescente que cree en lo piensa, que piensa en lo que cree y que se niega a rendirse y a callar. No tengo miedo a gritar lo que pienso, de la misma manera que el otro día escupí en la calle una propaganda electoral del Anglada (iba a poner señor, pero no me gusta confundir a la hora de utilizar el lenguaje por utilizar formalismos). Una pareja me miró, y aunque pensé que podría estar pareciendo una pirada, o una grosera, para mí fue un acto instintivo y que me dejó una sensación placentera.
En estos días, además, en los que nuestros buzones estaban llenos de propaganda electoral, tuve diferentes reacciones. Sentí como un insulto y agresión encontrar que en el buzón que lleva mi nombre, había un sobre con una gaviota y dos PES. Lo saqué rápidamente, lo rompí en pedazos y lo tiré a la papelera.
Al día siguiente encontré dos sobres más. Uno era de los señores del clavel rojo. Éste sobre lo tiré sin más, no tuve ganas de romperlo, pero tampoco de tenerlo. El otro era del PP nacionalista catalán, o lo que es lo mismo CIU, el cual vivió el mismo ritual que el de sus amigos españoles de la gaviota.
Recibí un cuarto, de la disgregada Esquerra Republicana, que también fue lanzado sin rabia y sin repulsión, pero sin simpatía.

No recibí más. Y aunque así hubiera sido no habría conservado ninguno...eso no quiere decir que no pudiera votar a alguno de los no recibidos...

En esta época vuelvo a escuchar canciones de mi adolescencia, me emociono como entonces, y me enorgullezco de que después de haber superado algunas de las dificultades de la adolescencia (que no todas, no voy ahora de madura), puedo integrar quien soy  y quien he sido, sin pensar, cosa que espero no hacer núnca más, que la revolución, la indignación y la lucha social es sólo una cuestión de los 15 a los 2.... Esto es lo que quiero transmitir a mi entorno, a la gente...me sentí rota por dentro al mirar las noticias días antes de las elecciones, le grité a la tv, como hubiera hecho mi abuela, y pensé y expresé que cómo estaría ella de ver que un papanatas como Rajoy, seguro que le diría muñegote o alguna cosa así (a Aznar lo llamaba rata), iba a ser presidente...y no quiero dejar núnca esta visión del mundo, y si tengo que escupir o vomitar de repulsa hacia lo que me rodea, lo haré. No me voy a callar, núnca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario